PROBLEMAS DE DESEO SEXUAL

El bajo deseo sexual es un problema muy frecuente que a veces origina sentimientos de malestar y dificultades en las relaciones interpersonales. En muchas parejas, ocurre que uno de los dos, tiene poco deseo sexual y el otro mucho y en estos casos, es necesario hacer una negociación de cara a establecer una frecuencia de relaciones sexuales que venga bien a ambos miembros de la pareja.

Es frecuente, que sean las mujeres que llevan mucho tiempo con sus parejas, las que más se quejen de poco deseo sexual, falta de ganas de mantener relaciones sexuales o de que el sexo para ellas no es necesario, aunque también en mujeres jóvenes puede haber una falta de deseo sexual producida por el miedo, desconocimiento, rechazo de la propia sexualidad...

Se suelen poner a menudo, las típicas excusas como “me duele mucho la cabeza”, “me encuentro mal”, “estoy muy cansada”, “otro día” o incluso se puede llegar a evitar el encuentro afectivo sexual, tratando de evitar la intimidad con la pareja, lo que origina graves problemas en la comunicación y la confianza en el otro e incluso, puede ocasionar discusiones, malos entendidos, peleas.., ya que el otro puede sentirse rechazado, poco querido, abandonado..

En casos graves de aversión sexual o fobia al sexo, en los cuales la persona trata por todos los medios de eludir el encuentro afecfivo y sexual, el problema es mucho más grave, ya que cualquier aproximación física o psíquica a cuestiones relativas a la sexualidad puede producir una alta ansiedad que sólo se resuelve con el desplazamiento hacía otras cuestiones neutras y no amenazantes para la persona con miedo extremo al sexo.

Entre algunos de los factores más comunes de la falta de deseo sexual, están los factores físicos como el estrés, los desajustes hormonales, los fármacos, la dependencia a alcohol o a otro tipo de drogas..

Sin embargo, la mayoría de las veces, los problemas de deseo sexual, tienen un origen psicológico. En la mayoría de veces el aburrimiento, la rutina, los acontecimientos traumáticos, los conflictos de pareja, la depresión, el escaso interés y motivación sexual, la educación sexual recibida en la infancia o problemas de autoestima o autoimagen, pueden estar a la base de este tipo de problema sexual.

Es por eso muy importante que si tienes un problema de deseo sexual, encuentres cuáles pueden ser las causas del mismo para poderles dar solución. Algunos problemas de raíces profundas (situaciones traumáticas de la infancia, malas experiencias sexuales, problemas emocionales varios..), pueden necesitar de una terapia más a fondo. Para ello es necesario buscar un sexólogo (médico o psicólogo especialista en sexología) bien a través del centro de planificación familiar (vía pública) o buscando alguien a nivel privado (puedes preguntar precios y tipo de terapia que se realiza).

Otras ideas o estrategias que podéis emplear de cara a recobrar el apetito o deseo sexual son:
-Mejorar nuestra autoestima y nuestra autoimagen o percepción de nosotros mism@s: a través de la aceptación de nuestros cuerpos, nuestra sexualidad, nuestras virtudes y nuestros defectos.
-Hablar del tema con nuestra pareja. Si notamos que no tenemos mucho deseo sexual, es conveniente hacerlo saber a la pareja para buscar soluciones e ir probando cosas distintas que nos puedan estimular o incrementar el deseo de encuentro sexual. La fantasía, la imaginación, las nuevas experiencias.., son algunos ingredientes necesarios para saber disfrutar del sexo.
-Conocer la propia sexualidad y responsabilizarse de ella liberando la mente de prejuicios, mitos, tabúes, miedos..., sólo quién está libre y dispuesto a conocer su sexualidad puede disfrutarla. La lectura de algunos libros y la asistencia a cursos, talleres y otros recursos en materia de sexualidad, pueden ser de gran ayuda.